Las marcas con propósito social se comprometen a reconvertir sus espacios, procesos y modelos en beneficio de sus comunidades. Qué hay detrás del mundo de esta certificación y casos de éxitos.
Saben que se puede hacer más que una acción aislada. Reconocen que, si gana la empresa, gana la sociedad y el mundo. Las empresas B representan un camino ideal para ser parte de la transformación ambiental siendo protagonistas de triple impacto (económico, social y ambiental).
Las Empresas B son compañías que integran a su modelo de negocio la solución a problemas sociales y ambientales, alcanzando los más altos estándares de triple impacto, a través de una certificación internacional otorgada por B Lab, el único ente a nivel global que la extiende, una entidad sin fines de lucro en Estados Unidos.
Lograrlo no es una tarea sencilla, pero tampoco imposible. En Argentina es promovida por Sistema B, que contribuye para que las compañías locales se unan a este proceso:
“Desde Sistema B acompañamos a empresas en la medición y gestión de su impacto, a través de distintas propuestas y programas, utilizando la herramienta: Evaluación de Impacto B”, comparte a POST Carla Abbate, Directora de Programas y Alianzas con el Sector Privado de Sistema B Argentina y agrega: “También trabaja para construir ecosistemas favorables para Empresas B y otros actores de triple impacto (económico, social y ambiental) que utilicen la fuerza de mercado para resolver problemas sociales y ambientales”.

Sobre el proceso de certificación, Abbate comparte que tiene requerimientos de elegibilidad y una serie de pasos. El primero -explica- consiste en completar la Evaluación de Impacto B (EIB por sus siglas en inglés). Esta es una herramienta gratuita, la información entregada es confidencial y está diseñada para ayudar a medir y gestionar el impacto de tu empresa, así como identificar oportunidades de mejora.
“Para poder certificar como Empresa B es necesario alcanzar un puntaje mínimo de 80 puntos para poder empezar un riguroso proceso de evaluación. Sin embargo, alcanzar el puntaje no garantiza la certificación”, detalla la especialista en el tema.
Romper los prejuicios
Más allá de aquellos que desconocen el proceso o no se encuentran informados sobre el tema (todavía), hay muchos prejuicios que impiden que muchas empresas decidan ser parte del movimiento. La primera de ellas y principal, para Abbate, es la creencia de que es imposible generar ganancias al mismo tiempo que impacto social y ambiental positivo
Pese a esto, la ejecutiva de Sistema B aclara que, en el mundo en general, hay “un gran consenso en que la sustentabilidad y el triple impacto son importantes, es decir, hay un acuerdo en el para qué, pero el desafío se encuentra en el cómo se lleva a cabo esto”.
Sumado a esto, diferencia dos miradas distintas en la actualidad que se dividen en la “tradicional” y la de la “nueva economía”. “En el primero, el impacto se ve como altruismo (caridad) y, en lenguaje de negocios, el altruismo es un gasto. En la segunda, el impacto se ve como innovación”.
Como último prejuicio, la líder de Programas y Alianzas con el Sector Privado, recalca que muchos creen que la Certificación B es únicamente para empresas pequeñas o que nacen con modelos de negocio de impacto.
Esto se ve contrastado por los números actuales. Abbate comparte que, las más de 150.000 empresas que utilizan la Evaluación de Impacto B como herramienta de gestión, están representadas empresas multinacionales, pymes nacionales y micropymes.
Los beneficios
¿Por qué las pymes deberían certificarse como empresas B? Abbate da tres razones fundamentales:
- Lleva a la empresa a ser parte de un movimiento global que está liderando la transición hacia una nueva economía de triple impacto.
- Es una herramienta de mejora continua, visibiliza el propósito de la empresa y lo protege comprometiendo a la empresa a tomar decisiones teniendo en cuenta las variables ambientales y sociales.
- Brinda transparencia respecto a las operaciones de la empresa, le da posicionamiento y atrae nuevos talentos.
Casos de éxito
Entre las 4800 Empresas B Certificadas, de 150 industrias y operando en más de 70 países, hay 170 compañías que se desarrollan en Argentina. Entre ellas, POST contactó a dos para que relaten su historia y compartan su experiencia como Empresas de Triple Impacto.
LLtraslados
Se trata de una empresa de traslados que apuntan al cliente corporativo. Con una flota de automóviles, buses y minibuses, 250 colaboradores y 150 clientes de primera línea, se convirtió en Empresa B para hacer su aporte al mundo.
Luego de conocer por casualidad la iniciativa y gracias a uno de sus clientes que los invitó a ser parte de este camino, decidieron poner manos en acción. “Ahí nos dimos cuenta de la importancia de ser una empresa de triple impacto; una nueva forma de pensar la economía y el crecimiento de las empresas hoy, en donde no hay crecimiento sin impacto”, comparte Gabriela Aguilar, Líder en Sustentabilidad de la compañía.
Una vez adentrados cada vez más en el tema, Aguilar comparte que empezaron a sentir “que podíamos darle una estructura legal, seguir evolucionando y adentrarnos en un nuevo desafío con la satisfacción de que es una buena causa que nos incluye a todos”. Tal fue el recorrido que se convirtieron en los primeros, dentro del rubro, en certificar como empresa B en todo América; y la primera empresa de traslados de capitales argentinos en lograr la carbono neutralidad.

Para alcanzarlo tuvieron que modificar procesos internos dentro de la compañía. Además de renovar el “modo de trabajo”; “formalizar” todo lo que ya estaba, e incorporar pequeñas acciones como la total digitalización, el cambio de luminarias o incorporación de paneles solares, también produjo modificaciones en la cultura de la empresa:
“Tuvimos que trabajar fuertemente en el cambio cultural puertas adentro; contagiando, formando y capacitando constantemente a nuestros colaboradores en las nuevas prácticas del cuidado del medio ambiente y acciones sociales”.
Así obtuvieron numerosos beneficios, que la líder de sustentabilidad comenta:
- Ordenarnos como compañía, ya que te lleva a procedimentar cada cosa y dejar registro, lo que sin lugar a dudas sirve a una organización.
- Legalizar las buenas prácticas y obtener una certificación por ello, por hacer las cosas bien.
- Certificar te lleva a formar parte de una comunidad que comparte tus valores, contagiar a otros para que cada vez seamos más, de lo contrario el círculo se va cerrando, quedando fuera de una nueva manera de hacer negocios y de pensar la rentabilidad.
- Aprender y nutrirte de la experiencia de otros, creando lazos no solo de negocios que te permiten seguir creciendo.
Unigoma
La historia de la empresa de reconstrucción y venta de neumáticos y vínculo con el bienestar de la sociedad ya había comenzado antes de convertirse en una Empresa B. Su aporte se dirigía, en primer lugar, al compromiso por la calidad y el cumplimiento de las normas.
Pese a que al 2019 ya contaba con dos normas ISO 9001 y 14001 y certificamos la planta industrial por el INTI, decidieron ir más allá y continuar siendo innovadores en su industria: “Desde ese lugar, empezamos a escuchar sobre una nueva forma de medir el impacto de la empresa y llegamos a Pía Strada, quien nos acompañó en el proceso de incorporar la gestión del Triple Impacto en la empresa”, detalla Esteban Rappazzo, Director General de Unigoma.
Tras la decisión, comenzaron a indagar en este nuevo proceso que implicó varios desafíos. “El primero fue comprender que la empresa tiene un impacto en el planeta en su totalidad y no solo en acciones ‘verdes’”, comenta Rappazo.

Desde ese lugar, comenta que comenzaron a trabajar conformando un “equipo inter áreas”, el cual atravesó un proceso de capacitación, medición y creación de prácticas de Triple impacto necesarias. “El resultado de este proceso fue muy enriquecedor a todos los niveles de la empresa y a su vez teniendo un puntaje sobresaliente”, cuenta orgulloso.
De esta forma la compañía formalizó dos modelos de negocio de impacto. Esto significa que no solo impacta positivamente en el mundo por ser una cooperativa de modelo de negocio horizontal e innovador, sino también, brindar un servicio de renovado de neumáticos, que permite reutilizar los neumáticos impactando positivamente en el medio ambiente.
Siendo la primera Empresa B de la industria del Renovado de Neumáticos en la Argentina y la segunda en el mundo en este rubro, como cierre, dejan su mensaje final a todas aquellas que todavía no se animan a dar el salto a convertirse en ‘B’:
“El mundo se encuentra en una crisis climática importante y es el momento que las organizaciones empresariales empecemos a actuar en conjunto. Sin mundo no hay negocios. Y desde los negocios tenemos la oportunidad de regenerar el mundo”.
FUENTE: SANTANTDER POST